En un terreno desolado, con monte, basura, huesos de animales y cabezas de vacas, similar a un escenario del lejano oeste, encontraron ayer los cadáveres de dos hombres. Ambos presentaban heridas de bala en la cabeza y en el pecho.
La Policía municipal de La Cañada de Urdaneta fue la primera en llegar al llenadero Bajo Grande, sector Palmarejo Viejo. Un funcionario explicó que recibieron ayer, a las 9.00 de la mañana, la novedad por parte de vecinos. Cuatro uniformados se trasladaron en una patrulla, verificaron la denuncia y pidieron apoyo de los detectives de homicidios de la Policía científica. Dos guardias nacionales se acercaron para prestar el apoyo.
Los cadáveres tenían una data corta muerte, aproximadamente de cuatro a cinco horas. Los cuerpos se tornaban rígidos. Dos oficiales voltearon a una de las víctimas y sus brazos quedaron firmes sobre su pecho.
Uno de los cuerpos vestía un pantalón negro y una franela azul, a nueve metros de distancia yacía el otro. Su vestimenta era un mono azul y una chemise marrón. Los dos eran morenos, contextura regular y entre 1.60 y 1.65 de estatura.
Tres funcionarios de homicidios de la base La Cañada marcaban las evidencias alrededor de los cuerpos. La última comisión arribó a las 11.58 de la mañana a la parroquia Chiquinquirá de La Cañada. Los dos expertos de criminalística se enfocaron en la planimetría y demás experticias de campo.
Al colectar las evidencias los detectives esperaron que llegara la furgoneta para montar los cuerpos y llevarlos a la morgue forense, donde esperan lleguen a reconocerlos. El cuerpo detectivesco comenzó las averiguaciones para determinar las causas del doble crimen y determinar el móvil sobre el caso.
NOTIZULIA / La Verdad
