En el sector Monte Claro, parroquia Coquivacoa del municipio Maracaibo, cinco pistoleros en motocicletas pasaron por el frente de la vivienda de Mervin Ramón Pirela Ávila, de 42 años, se bajaron y sin mediar palabras lo acribillaron.
La madre de Mervin presenció el asesinato desde lo lejos. Al verlo caer al suelo, la mujer colapsó y no pudo moverse. Una vez que se sobrepuso del trance corrió hasta el lugar, levantó el cuerpo de su hijo y gritó desesperada, las lágrimas la ahogaban.
Los vecinos al escuchar las detonaciones salieron de las casas adyacentes, unos con destino al lugar del asesinato y otros persiguieron a los motorizados cargados de piedras y palos.
Una prima de la víctima aseguró en la morgue forense que a Pirela lo mataron por equivocación. Explicó que quienes siguieron a los homicidas, los escucharon discutir entre sí y decirse: «Te equivocaste, ese no era».
La familia de la víctima describió a Mervin como trabajador, responsable, colaborador y no tenía enemigos. «Es indignante que maten a una persona sin saber quién es. Mi primo era un hombre noble». Vivía con su madre y sus ocho hermanos, nunca tuvo hijos ni una relación amorosa con nadie. Trabajaba como técnico de refrigeración.
NOTIZULIA/LAVERDAD