Una vieja amenaza de golpear a Maira Alejandra Lugo Olivares (27) se removió en los recuerdos de los allegados. La familia, de la estudiante de Relaciones Industriales de Urbe, esperaba ayer frente a la morgue forense por la entrega del cadáver. Belkis Olivares, prima, contó que hace algunos meses Giorgia amenazó en un velorio delante de los presentes que golpearía a Lugo.
El grupo de siete personas no salía del asombro. En sus rostros se notaba la tristeza por la pérdida y violento asesinato de Maira y la bebé de siete meses que esperaba, a quienes mató Castillo con un cuchillo. La agresora llegó al edificio Tuy en la calle 75 entre avenidas 3F y 3G, del pasado martes, y la apuñaló tras una riña en el interior del apartamento 6B.
Los Olivares agregaron que la pareja se unió en concubinato hace dos años. Luis Leal ya llevaba cuatro años separado de Giorgia. “Mi prima no destruyó ningún matrimonio, ya ellos estaban separados”, acotó Belkis.
Los allegados dudan por completo la posibilidad que la pareja de la estudiante esté en complicidad para su homicidio. Describieron la relación como sólida y presumen que los celos de la ex de Leal sea el único motivo para matarla. Se aferran a la justicia divina para que pague por sus delitos, “Dios permita que la puedan encontrar”, acotó la prima.
Esperaba el momento
Entre las pesquisas, los funcionarios conocieron que la sospechosa llevaba tres meses en el país. Pasó un tiempo en Panamá, “trabajaba haciendo uñas”, luego regresó.
Desde que retornó a Maracaibo, Giorgia preguntaba con frecuencia cuál era la fecha de parto de Maira. En varias oportunidades se acercó al edificio y le preguntaba al conserje, acotó el oficial.
Los hijos de nueve y siete años que el comerciante procreó con su exesposa estaban con él. “El padre era quien se encargaba de los hijos y estaban peleando por la custodia”.
Siguen sus pasos
Los detectives de la Policía científica allanaron la residencia de la sospechosa, en el piso 5 del edificio Las Flores del sector Arismendi, pero ya no estaba allí.
Luego se trasladaron a la casa de la progenitora, en el sector La Lago. Inspeccionaron el inmueble y no encontraron rastros, la madre les dijo a los sabuesos que no sabía dónde estaba su hija. También rastrean el Honda Civic, negro, donde escapó Castillo.
NOTIZULIA / La Verdad