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La escultura, realizada en látex y silicona, pesa 75 kilos y, al tacto, se comporta como un ser humano, según los organizadores de la exposición.
La postura propia del rigor mortis que debió sufrir el cuerpo de Cristo al morir. Piernas encorvadas, manos cruzadas a la altura del pubis.
Al desnudo y sin pudor. Todo el cuerpo del hombre de la Sábana Santa es visible, sin prejuicios, a la vista la circuncisión. La muestra va más allá de su pieza principal, con una exhibición previa que contextualiza al espectador sobre la realidad de la flagelación y crucifixión de Jesús y las investigaciones sobre la Sábana Santa.
La muestra titulada «The Mystery Man», se exhibe en 600 metros cuadrados divididos en seis salas, donde se recorre la historia y los misterios que rodean la Sábana Santa de Turín.
Una muestra que busca que «remueva el alma y el espíritu de los creyentes y no creyentes, y que a todos nos aproxime al misterio de Dios y del hombre que influye en el hombre de la Síndone».
Prodemaus/NZ