Corretean y matan a tiros a la «Michell»

Familiares, amigos y vecinos se preguntan quién mató a la «Michell». Lo último que recuerdan de Raúl Segundo García Bernal, de 46 años, son sus gritos y su cadáver tirado en una calle del barrio Primero de Agosto, parroquia Francisco Eugenio Bustamante, al oeste Maracaibo.

Según sus allegados, la «Michell», como se hacía llamar el comerciante, regresaba a su residencia, una habitación que alquilaba desde hace unos meses en la barriada, de cenar en un puesto de comida rápida. En la avenida 60B, dos desconocidos empezaron a seguirla. Aceleró el paso, al ver que la alcanzaba corrió y le dispararon unas cinco veces.

Los proyectiles la alcanzaron y la derribaron en la vía pública. Los pistoleros al verla caer, escaparon. Quienes se atrevieron a salir de sus casas se acercaron, reconocieron a la víctima y cubrieron su cuerpo con una sábana vieja. La comunidad y los García se enteraron, el pasado sábado a las 10.00 de la noche, del asesinato.

El cadáver de la «Michell» permaneció cubierto de la vista de los averiguadores hasta que arribó a la barriada una comisión del Eje de Homicidios de la Policía científica. Uno de los detectives levantó la tela y ahí yacía su cuerpo, boca abajo, rígido, con cinco heridas de bala y luciendo unas licras, con una blusa estampada y zapatos blancos.  ´

Los funcionarios revisaron minuciosamente a la víctima. Encontraron un celular oculto entre su cintura y su pantaloncillo y detallaron los tres pequeños agujeros de los proyectiles en la cara y otros dos en el pecho.

Sin enemigos

Maritza García, hermana de Raúl, no le conocía enemigos a su pariente. Su sustento lo obtenía de la venta de ropa y accesorios. Su mercancía la adquiría en Chivacoa, estado Yaracuy. Sus viajes eran constantes. Lo describió como muy tratable, alegre y responsable. «No tenía problemas con nadie. Por eso nos sorprende que lo hayan matado así”.

Quienes acompañaban a la mujer en la morgue coincidieron con sus declaraciones. «Michell» se destacaba por su elegancia, su sociabilidad y su atractiva personalidad.

El funeral de Raúl García se efectuará en la residencia de su madre, en el barrio Bolívar y la familia decidió sepultarlo en el cementerio San Francisco de Asís, en el municipio San Francisco.

Pese a las aseveraciones de parientes y amistades, los detectives no descartan móviles en el asesinato. Quizá le dispararon porque corrió cuando lo iban a robar, aunque después no se llevaron nada o tuvo algún problema que sus familiares desconocen. Las investigaciones apenas comienzan.

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