Dos meses sin agua tienen en Amparo

«Aquí el agua llega, si es que llega, y a los dos minutos se va», afirman los vecinos de la calle 57B con avenida 41 del barrio El Porvenir, sector Amparo. Según afirman el servicio de agua no es constante desde hace un par de años, pero el problema se agravó desde hace dos meses. Desde entonces, el vital líquido potable proveniente de sus tuberías es prácticamente un recuerdo. 

Antes les llegaba al menos dos veces a la semana y les alcanzaba el tiempo de bombeo para surtir los tanques de sus viviendas, envasarla y aprovecharla antes de que se fuera nuevamente. 

Yoleída Mendoza, vecina, explica que el problema lo empeora una presunta fuga de agua en la tubería madre de la calle y que en reiteradas ocasiones hicieron las denuncias pertinentes a la hidrológica. No obtuvieron soluciones porque «ni van ni dicen nada» y cuando insisten en reclamar por el problema, les colocan el servicio por unas dos horas y luego se va por otra temporada larga.

Manifiestan que la situación es irregular, ya que especialmente en la calle 57B están sin servicio y en los alrededores del sector, como en Santa Marta o Las Palmeras, es inconstante, pero sí llega.

Sin comodidad 

Unas 500 familias en total están afectadas en el sector. La falta de agua no es un conflicto que viene solo ya que, además de problemas para obtenerla potable, su ausencia conlleva que las enfermedades de la piel y afecciones por el calor aparezcan. Los golpes al bolsillo también cuentan.

Un camión cisterna cobra hoy en día de siete mil 500 a ocho mil bolívares por surtir agua y en El Porvenir necesitan comprar unos dos o tres a la semana. Ese gasto representa de alrededor de 70 mil bolívares al mes, que aunque sea compartido entre los vecinos, amerita que personas que se dedican a las labores del hogar o al comercio informal desde sus propias casas, tengan un egreso prácticamente fijo para atacar la necesidad. 

Mendoza habita en su hogar junto a otras seis personas y tienen un tanque. Agrega que por decisión propia se restringen y tratan de ahorrar lo más que puedan, por no saber cuándo será la próxima vez que puedan llenar su tanque ya sea con la ayuda de un camión o con la colaboración de contactos en sectores aledaños que los surten con una manguera, la cual conectan a las tuberías. 

Mala organización 

«Los consejos comunales aquí no trabajan a menos de que hayan elecciones cerca», comentó Alexander Nava, otro afectado. Las acciones tomadas hasta el momento para «solucionar» en alguna medida el problema fueron por iniciativa de los mismos vecinos, porque aseguran que no reciben hasta el momento la ayuda de las autoridades pertinentes. 

La última vez que realizaron una denuncia e intentaron protestar por su derecho fue hace un mes. Cerraron la calle con la colaboración de las casas de la 57B y aun continúan con el problema. 

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