En caso de que la Duma apruebe mañana martes la candidatura de Medvédev, se mantendría el tándem que ha dirigido este país durante los últimos diez años.
Entre 2008 y 2012 Medvédev ostentó el cargo de presidente y Putin el de jefe de Gobierno y durante los últimos seis años se intercambiaron los roles.
El partido oficialista Rusia Unida controla la mayoría de los escaños en la Cámara baja del Parlamento, por lo que se da por hecha la aprobación de Medvédev para los próximos seis años.
Aunque es muy impopular en ciertos sectores, Putin ha defendido siempre la gestión de su primer ministro y delfín en tiempos de recesión económica y sanciones occidentales.
La economía rusa se contrajo en 2015 y 2016 debido a la caída de los precios del petróleo, las sanciones y la brusca devaluación de la moneda, mientras los ingresos han caído ininterrumpidamente durante los últimos cuatro años.
Medvédev, que comenzó su carrera política como jefe de campaña y de la administración presidencial de Putin, podría introducir algún cambio en el gabinete de ministros.
Su momento más bajo fue cuando una pensionista le preguntó en 2016 durante una visita a Crimea por qué no se habían indexado las pensiones como había prometido el Gobierno.
«Simplemente, no hay dinero. Pero ustedes aguanten. Les deseo lo mejor, buen ánimo y buena salud», respondió el primer ministro, frase que le ha perseguido desde entonces.
La prensa especula con la posibilidad de que el exministro de Finanzas Alexéi Kudrin, enfrentado a Medvédev, asuma un cargo de asesor económico en el Kremlin.
Putin, de 65 años, fue investido hoy como jefe del Estado por otros seis años, tras lo que debería abandonar el Kremlin, según la Constitución.
NOTIZULIA / EFE