Nunca se sabrá si conmemorar la muerte de esta inocente muchacha el 27 de cada mes, pues fue el 27 de marzo reciente cuando fue localizado su cadáver vilmente enterrado en una jardinera de una vieja casucha en el barrio San Sebastián o si hacerlo el 1 de marzo, día en el que fue vista con vida por última vez la niña que iluminaba las vidas de su hogar y su entorno social y estudiantil.
Al menos un día como hoy hace un mes, efectivos de la Unidad de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) hallaron su cuerpo y con ello se ensombreció un hogar y todo un entorno, se murieron las esperanzas y llegó la tristeza a sembrarse en esos humildes corazones.
Un par de bestias, quienes cuatro meses antes de ese fatídico día 1 de marzo ya habían puesto sus miradas degeneradas y aberrantes en la inocente muchacha, consumaron su acto perverso y demoníaco con el cual, no solo le quitaron la virginidad a la bella joven, sino que además le arrebataron lo más sagrado que tiene un ser humano, su vida.
Fue ese día jueves a las 5.00 de la mañana cuando María Gracia Reyes Sanjuan, de 18 años, salió de su casa en compañía de su adorada madre, Judith Sanjuan a tomar un autobús que la condujera desde el barrio Estrella del Sur, en San Francisco hacia el centro de Maracaibo, para luego dirigirse a la Facultad Experimental de Artes Plásticas (FEDA) de La Universidad del Zulia (LUZ) para cumplir –con disciplina, pasión y dedicación como siempre- con una jornada estudiantil más.
“Adiós mija, Dios te Bendiga, cuídese mucho, nos vemos”, fueron las últimas palabras que Judith Sanjuan le dijo a la hija de sus entrañas cuando esta abordó la unidad. Fue la última vez que doña Judith la vio con vida.
Ese día transcurrió normal en las aulas de clases de la Escuela de Artes Plásticas, donde Reyes Sanjuan destacaba, a decir de sus profesores y compañeros, quienes hoy la siguen recordando como siempre, con su sonrisa que irradiaba pureza, inocencia y belleza.
Se apagó la sonrisa
Uno de sus amigos reveló a los medios que le decía a la bella estudiante “María Sonrisa” porque siempre sonreía, pero esa sonrisa se apagaría pasada la 1.00 de la tarde de ese mismo día jueves 1 de marzo, pues una llamada del infierno llegó al teléfono de la jovencita y ella la atendió ignorando que esa sería su sentencia de muerte.
Metid Salim Yousra, de 51 años, de origen sirio, hombre macabro que tenía en su oscuro pasado un expediente por abuso sexual y que gozaba de la repulsión total de los otros miembros de su familia, envolvió cual encantador de serpientes a María Gracia aprovechándose de su inocencia y de la necesidad de ampliar un ingreso económico que le permitiera estudiar con mayor facilidad. Así le ofreció un trabajo y para ello la citó ese día fatal a un encuentro que se suscitaría en el Centro Comercial Puente Cristal, en el centro de la ciudad, justo detras del Palacio de Justicia.
Este degenerado conoció a la niña en el puesto de venta de jugos naturales que tiene Raúl, hermano de María en el centro, cerca del Instituto Tecnológico Universitario Readic UNIR. Allí, el sirio frecuentaba el lugar para tomarse un jugo y planear su fechoría.
Ese día 1 de marzo, María Reyes fue al comedor central de LUZ en compañía de sus amigos y le pidió a uno de ellos que le acompañara a la cita, pero desafortunadamente éste no pudo acompañarla y ella decidió irse sola.
“Ella recibió una llamada telefónica y era del tipo que la había citado para la entrevista de trabajo, a través de esa llamada se confirmó la cita y ella acudió”, reveló un compañero de clases de Reyes Sanjuan.
La muchacha partió con sus sueños intactos, con la esperanza de mejorar sus ingresos con ese trabajito extra el cual consistiría en servir de guía turística a una supuesta hija del sirio que “acababa de llegar a Maracaibo” María Gracia tenía la misión de adaptar a la chica a la dinámica de la ciudad y a manejarse con el idioma. ¡Qué gran engaño!
Reyes Sanjuan se encontró con su asesino en los espacios antes mencionados, allí habrían sostenido una corta conversación para luego trasladarse hasta el sitio del fatal desenlace.
La historia de lo que ocurrió después ya es conocida. No hay una certeza de que María Gracia haya muerto ese mismo día 1 de marzo o al día siguiente, en ese espacio de tiempo reportó la autopsia que se produjo la muerte por estrangulamiento.
Esperanza fugaz
Fueron 26 días de suplicio que padeció la familia de María. La policía por su lado investigaba al ritmo que ellos suelen hacerlo, un ritmo que desespera a cualquiera. Los familiares de María necesitaban ir un paso adelante y Nathaly Torres, hermana mayor de María Gracia, encabezó por sí misma una investigación que dio nada menos que con familiares del sirio asesino.
Torres sostuvo una conversación con familiares de Metid Salim en la Costa Oriental del Lago (COL) y quedó estupefacta cuando se enteró que la propia familia del sirio le tiene repulsión.
Resulta que en 2012, Salim Yousra habría sido procesado por abuso sexual contra una jovencita de 21 años en la COL, pero como pudo, a base de dinero mal habido, producto de estafa y fraude, dos de los otros elementos que caracterizaban a este psicópata y de la labia que despertaba muertos, se zafó de la justicia para seguir haciendo daño.
Investigaciones revelaron que Salim tenía pensado montar un harén de puras jovencitas vírgenes que, presuntamente, comercializaría fuera del país bajo la modalidad de la trata de blancas. En esa red caería María Gracia Reyes, solo que la última víctima del engendro luchó y pese a resultar muerta, fue quien venció.
Nathaly Torres escribió una pequeña y emotiva carta a puño y letra que publicaron las redes y que dedicó a su hermanita para decirle que todos estaban al pendiente de ella, que pronto acabaría esta pesadilla, que no veía la hora de volver a disfrutar de su radiante sonrisa en su hogar que su mamá le enviaba su Bendición y que tuviera fe: “hermanita te voy a encontrar, no he dejado de buscarte ni un solo segundo”.
Pero el 27 de marzo, todo se derrumbó. En horas de la mañana, mediante rastreos telefónicos, la Unidad de Homicidios del CICPC regresó a la casucha en San Sebastián, lugar que días antes habían allanado sin encontrar alguna pista sobre los dos sirios –padre e hijo- y sobre la chica desaparecida.
Ante la presión policial y a sabiendas que los sabuesos ya habían registrado el inmueble, Metid Salim Yousra y Hacem Salim –su hijo cómplice- regresaron a la casa para enconcharse allí y despistar.
Allí permanecieron sabiendo que en la jardinera del frente de la casa tenían enterrada a su víctima. La policía llegó, los localizó y éstos respondieron a tiros a la comisión con un revólver calibre 38. Resultaron abatidos.
Una nueva requisa a la vivienda hicieron los detectives y fue entonces cuando observaron un bulto irregular en la jardinera y hurgaron el lugar hasta que la fetidez dio la señal que hacía falta. Siguieron excavando y se toparon con el cuerpo de María Gracia.
Estaba atada de manos y pies. Exhibía una marca de estrangulamiento con un objeto similar a un cable de teléfono. El cadáver fue extraído cuidadosamente y llevado a la morgue.
Era inocente e inmejorable persona
Dicen que la inocencia la salva Dios. Tal vez mucha inocencia en un mundo tan podrido.
Judith Sanjuan, recordó que su hijita era “demasiado inocente”: “Ella metió tres carreras cuando se postuló, quería estudiar ingeniería civil o arquitectura, pero le salió artes”.
Igual en Artes destacó, como en todo lo que hacía. Todo lo hacía bien, todo lo tomaba con alta responsabilidad.
“Al principio no le gustaba mucho, pero le fue agarrando amor a la carrera y terminó gustándole”, contó su mejor amigo, Alex Rincón, el mismo que no pudo acompañarla a la cita con Salim ese día.
Doña Judith recuerda que desde pequeña, María Reyes sentía una afinidad particular por el dibujo: “desde niña le gustaba hacerlo, pero en la universidad aprendió a desarrollar el talento”.
En una carpeta que guarda en el clóset de su hija están las decenas de retratos de su familia hechos a mano y este tipo de dibujos era lo que buscaba perfeccionar.
Sus deseos
“Dios, quiero terminar mi carrera que es artes con buenas calificaciones, graduarme, quiero ser una excelente retratista y ese va ser el sustento de mi hogar y de mi otra carrera que tengo en mente, ingeniería civil”, extracto tomado de una carta que redactó María en una hoja de papel reciclado dedicada a Dios nuestro Señor un día 21 de diciembre en el marco de la celebración del Espíritu de la Navidad.
Asimismo, Reyes Sanjuan pidió a Dios poner en su camino un novio que tuviese buenas intenciones hacia ella, que la amara y la respetara sobre todas las cosas.
Dentro de sus creaciones artísticas está el rostro del reguetonero Daddy Yankee, de quien era fans, tenía un retrato del actor estadounidense Robin Williams, así como rostros de su hermana Nathaly Torres, su madre y sus sobrinas.
“ayudaba a los niños a explotar sus condiciones artísticas ofreciendo técnicas para perfeccionar las expresiones artísticas, en eso pasaba horas”, recuerda un amigo.
El vacío
La tristeza se posó sobre la casa de María Reyes. No ver su sonrisa, no sentirla, no tocarla, no compartir con ella, no escucharla genera un enorme vacío en su casa y en los corazones de sus seres amados.
Esta etapa del duelo es una de las más difíciles, pues, cuando todo pasa, que ya el tema no es “la noticia del momento” y cada quien vuelve poco a poco a retomar sus vidas, quienes compartían a diario con ella sienten aún más su ausencia.
En las redes sociales afloran sentimientos de pesar de sus hermanos, amigos y familiares. Toca seguir viviendo con esta cicatriz familiar a cuestas y rogando a Dios que hechos como éste no vuelvan a repetirse.
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