Iba al entierro de su madre y se mató con dos amigos en un choque al estallar un caucho (FOTOS)

Las víctimas iban en un Corsa a alta velocidad para llegar a tiempo al sepelio. Un caucho estalló y chocaron contra un árbol. Hay  tres heridos graves. 

Andrés Martínez no pudo darle el último adiós a su madre. La premura por llegar a tiempo  al  entierro le quitó la vida  en un aparatoso choque, en el que dos de sus  amigos también fallecieron. 

 

 

El trágico accidente se registró, este jueves a las 12:20 de la tarde, a 200 metros de la entrada del cementerio El Edén, en la carretera  La Concepción-Maracaibo.

 

 

 ‘Marciano’, como cariñosamente le decían a Andrés, iba en un Chevrolet Corsa azul, placas ATK 74A, que conducía su  amiga Karen Badell. Iban otros cuatro amigos acompañándolo.  
Camino al camposanto, un caucho delantero se vació, por lo que tuvieron que colocar una “chiva”.

 

 

Esto los retrasó. Resuelto el inconveniente, arrancaron  a toda velocidad para llegar a tiempo al entierro, pero el neumático   explotó, Karen perdió el control y chocó contra un árbol. 
Todos quedaron tendidos fuera de carro. Martínez, de 22 años; Génesis ‘La Beba’ Abreu (26),  y Luis Ariza (21) fallecieron instantáneamente. Badell, Javier ‘El Piojo’ Quintero y  José Sánchez resultaron gravemente heridos.

 

 

Mientras los moradores de la zona trataban de socorrer a los lesionados, la familia de Andrés sepultó a su madre, pues no podían seguir retrasando el sepelio. Solo faltaba él. La mujer  murió por complicaciones de  diabetes.  

 

 

 Un primo contó: “Salimos del entierro. Nos extrañó que ‘Marciano’ no llegara. A los pocos metros, vi el accidente y  que un amigo auxiliaba a los heridos. No reconocí el carro. Quedó destrozado. Al acercarme vi a mi primo. ¡Qué desgracia tan grande, Señor mi Dios!”, gritaba a las afueras del hospital. 

 

 

Por la vía transitaba una ambulancia que  llevó a Karen hasta el Hospital General del Sur. A Sánchez y a Quintero los trasladaron al Hospital I José María Vargas, en La Concepción; sin embargo, luego los remitieron al mismo centro de salud de Maracaibo.  Están en condición crítica. 

 

 

“Esto no puede estar pasando. Tanta desgracia junta. No veré más nunca a mi ‘Beba’. ¡Dios mío, cómo hago para vivir con esto?”, gritaba una mujer, mientras sostenía en sus manos las sandalias de  la joven. 

 

 

 La familia estaba desconsolada. En La Concepción, amigos, allegados y vecinos colmaron el centro asistencial. El dolor era desgarrador, unos con otros se abrazaban para darse fuerzas. Otros llamaban por teléfono para dar la trágica noticia. Los gritos de lamento retumbaban en el lugar cuando la furgoneta llegó para retirar los cadáveres y llevarlos a la morgue de LUZ, en Maracaibo. 
 

 

 

Evit, cuñado de Abreu, señaló que ella trabajaba con su padre en una fábrica de bolsas y era manicurista. Dejó una bebita. Luis Ariza  laboraba con su progenitor en una emisora de radio como operador y musicalizador. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


  

 

 

 

NOTIZULIA / Panorama

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