Notizulia / EFE
La relatora especial de la ONU para la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, Elizabeth Salmón, se mostró hoy preocupada por los testimonios que ha recabado de personas que recientemente han huido del país y que apuntan a la “posibilidad muy real” de una hambruna.
“Alguna información sobre la situación (en Corea del Norte) que he recibido ha sido alarmante. He recibido información indicando una posibilidad muy real de hambruna entre la población más vulnerable”, explicó Salmón en una rueda de prensa celebrada en Seúl con motivo de su primer viaje al Sur, donde ha hablado también con funcionarios y activistas.
“Una persona huida recientemente me contó que el precio de los productos básicos se había multiplicado por seis o siete veces a principio de 2021″, añadió la letrada peruana con respecto a la situación en el país, completamente cerrado al exterior desde enero de 2020 debido a la pandemia y señalado internacionalmente por las violaciones de derechos básicos por parte del régimen que lo gobierna.
Aunque la situación parece haber mejorado, el exhaustivo cierre fronterizo y la paranoia del régimen para evitar la entrada del coronavirus hizo que el empobrecido país redujera en torno a un 90% la importación de productos básicos procedentes de su principal socio comercial, China.
“Con el cierre de fronteras estoy preocupada con la situación de ese 40% de la población que sufrían de inseguridad alimentaria antes de la propagación del COVID-19″, afirmó la relatora, que accedió al cargo el pasado 1 de agosto.
El estricto cierre de las fronteras, en las que se ha redoblado la seguridad, también ha motivado que el número de personas que puedan ir y venir de China o huir permanentemente de Corea del Norte se desplome -el año pasado solo llegaron a Corea del Sur 63 frente a las más de 1.000 de 2019-, por lo que obtener información fiable sobre la situación en el país, dijo Salmón, será uno de los grandes desafíos de su mandato.
La abogada aseguró que esta visita se ha centrado casi exclusivamente en escuchar a sus interlocutores -”muchos de ellos, víctimas de la violación de derechos humanos en la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país)”- y que su prioridad será “escuchar, hablar y aprender” de estas víctimas, que constituirán el centro de su mandato