En el casco central de Maracaibo, justo al final de la avenida Libertador están dos centros educativos, uno es un conocido tecnológico abundante en estudiantes femeninas de todas las características posibles: Jóvenes, muy jóvenes, no tan jóvenes, altas, bajas, flacas, gordas, bellas, hermosas, no tan agraciadas, en fin. Llegaba en su carro, un vehículo modesto con su cartelito de taxi, vidrios oscuros y aspecto común. Es Alto, de cabello poblado y canoso, piel morena y vestir casual. Por lo general una camisa de cuadros manga larga arremangada y pantalón liso, semiformal, con su reloj y su anillo de oro, todo un señor. Con su inocultable apariencia de medio oriental y cual depredador usa el sigilo y enfoca su mirada en varias faldas que hacían vida estudiantil. Las mira y remira, mientras por su cabeza se estremezclan toda clase de ideas macabras y sucias. Prosigue su búsqueda visual y sensorial hasta que selecciona la de su preferencia. Así actúan los aberrados secuestradores. Aún en el carro, baja el vidrio, saca un cigarrillo, sostiene el zipo que luego enciende, prende el cigarro y fuma. Apaga el motor, se baja, camina observando todo alrededor, detallando cada lugar y centrando los movimientos de las estudiantes. Se detiene, retrocede, mira el reloj, saca otro cigarro, pregunta algo, camina, mirando, buscando, merodeando. Una chica llama su atención, pero no pertenecía a ese tecnológico, ésta era hermosa, delgada de cabello negro y largo, de estatura no muy alta, bello rostro y sonrisa encantadora. La chica se acerca a un puesto de venta de jugos naturales y sostiene una confianzuda conversación con quien atiende el negocio que no es más que su hermano y eso bastó para aplicar la estrategia basada en verbo, seriedad y simpatía. Así llegó varias veces al puesto de jugos a refrescarse y a fumarse uno y otro cigarro mientras hacía lo que mejor sabía, ganarse a las personas. Eran los días de noviembre de 2017, la bella estudiante universitaria de 18 años caería en su trampa, él se la ganaría, le haría algún ofrecimiento «serio» que involucraba mejorar sus condiciones económicas para seguir estudiando y el desenlace terminó en una angustiosa e interminable desaparición.
Las investigaciones desarrolladas por una comisión especial del Eje de Secuestros del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) van encaminadas y al menos se tienen detalles importantes y elementos de interés criminalístico sobre los cuales fundamentar una alta sospecha sobre Metid Salim.
El hombre tiene cerca de 52 años, según su contextura y apariencia. El CICPC logró obtener su fotografía. Las pesquisas revelaron que no es la primera vez que Salim Yousra a está vinculado con temas de secuestro, e incluso se investiga un posible abuso sexual.
Familiares de María Reyes confirmaron a la prensa que el árabe habría participado en la desaparición de una jovencita en el año 2012, específicamente en una zona de la Costa Oriental del Lago (COL) y que al parecer, Salim habría logrado zafarse de las acusaciones y terminó libre.
La información fue ofrecida por las hermanas de María Gracia quienes sostuvieron una entrevista con el equipo de Sucesos del portal informativo zuliano Noticia al Día. En esa conversación, las damas detallaron que en una investigación propia que ellas mantienen sobre el implicado, habrían descubierto que éste tiene familia en Ciudad Ojeda, capital del municipio Lagunillas, en la COL.
Estupefactas
Las hermanas de María Gracia decidieron contactar a los familiares de Salim en la COL, pero quedaron anonadadas cuando supieron que Metid Salim Yousra es “repudiado” por su propia familia, quienes lo habrían sindicado de estafador y artífice de embaucamientos a varias personas quienes fueron víctimas de impagos de préstamos de dinero por parte de este individuo y por si fuera poco la confirmación de que, ciertamente, la hombre se le vincula con el secuestro antes señalado en el año 2012.
Con las manos en la cabeza y totalmente estupefactas, las hermanas de Reyes Sanjuan se dibujan ahora sobre el futuro de su pariente un presagio ensombrecedor. Están convencidas de que María corrió con la misma suerte, habría caído en la trampa este sujeto sobre quien recae la mirada profunda y penetrante del CICPC en procura de descubrirlo todo.
Así embaucaba Salim
De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por las hermanas de María y más profunda y técnicamente por la policía científica, el modus operandi de Salim es el mismo que caracteriza a los secuestradores que se vinculan con actos lascivos. Como se describe al principio, seleccionan a sus víctimas en las diferentes instituciones educativas o universitarias con la finalidad de ganarse de algún modo la confianza de una de ellas para embaucarlas y llevárselas. Las hermanas de Reyes Sanjuan están convencidas que así actuó Salim en 2012 con y así lo volvió a hacer ahora.
El depredador ya tenía el ojo puesto en su presa, pero debía propiciar el modo de acercarse y nada más fácil que hacerse pasar por un «cliente simpático» que compraba sus jugos y se refrescaba, mientras indagaba y hacía alarde de sus negocios, contactos y necesidades.
No pasó mucho tiempo para que María coincidiera con Salim en el puestico de jugos. Allí se conocen y entablan la primera conversación, intercambian números telefónicos y entonces las comunicaciones se manejan a través del hilo telefónico y las redes.
Al paso sale a relucir Hachem, nada menos que el hijo de Metid, un muchacho simpático y empático. No era difícil hacer amistad con él y mucho menos para una chica agraciada y sociable como María Gracia, pronto serían «amiguitos». Una amistad basada más en curiosidad que en una verdadera relación que implique una amistad auténtica. Eran más bien conocidos en vías de hacerse amigos, todo lo cual, facilitó las cosas para el depredador, es más se presume que Hachem era ficha de Metid y parte de su juego.
Casa clave en San Sebastián
Salim –como buen árabe- tenía la habilidad del verbo. Fuentes ligadas a la investigación oficial revelaron al equipo de prensa del diario Panorama detalles sobre los cuestionables movimientos del árabe:“Salim frecuentaba los callejones aledaños a un instituto de educación superior en el casco central de Maracaibo. Estacionaba su vehículo y en el vidrio se veía una tablilla de taxi”, así se describe al principio de esta nota y es que haciéndose pasar por taxista a más de uno habría montado y quizá a cuántas habría perjudicado, las investigaciones lo sacarán todo a la luz.
Siempre el casco central, ese era el radio de acción de Metid Salim y allí donde conoce a Raúl, vendedor de jugos y hermano de María Gracia, era cuestión solo de tiempo para que en una de sus frecuentes visitas al puestico se topara con la chica.
Funcionarios policiales revelan que “Salim se hospedó por poco tiempo en un hotel en la avenida Las Delicias. Pagaba 40 mil bolívares por día, pero buscaba algo más económico”.
Muy cerca del hotel, estaba una casa desocupada y en ella funcionaba un taller mecánico. Con su particular verbo, el árabe se ganó la confianza de los mecánicos y al dueño lo convenció para que le alquilara la vivienda.
Los mecánicos contaron a la policía que “cada mañana, Salim bajaba y nos daba café, era muy conversador, muy simpático, pero al mismo tiempo bastante ‘mojonero’ término grotesco que denota presumido”.
Quienes lo conocieron sospechaban sobre la veracidad de lo que alardeaba: “Decía que tenía negocios, almacenes en el centro y taxis, pero cómo una persona con tantas entradas económicas va a vivir alquilado en un taller mecánico, eso no concuerda”.
El equipo de prensa de Panorama constató que una madrugada, Salim abandonó la vivienda que había alquilado. Funcionarios policiales revelaron que “no entregó ni las llaves. Se fue dejando una deuda de un millón de bolívares a su arrendador y 200 mil bolívares a un mecánico”.
De allí habría tomado rumbo hacia el barrio San Sebastián, un sector humilde de cierta peligrosidad situado detrás de las residencias El Pinar, por el sector Pomona. Allí Metid Salim habría alquilado una vivienda donde algunos vecinos aseguraron verle entrar con una chica con las mismas características de María Gracia.
«Lo vimos llegar una tarde con una jovencita muy linda, de cabello negro hasta la cintura, muy agraciada, pensamos que era una hija suya, luego le vimos con ella y con su hijo, pero solo la vimos esa vez, después no supimos más de ninguno», contaron a la policía y a la prensa los vecinos de San Sebastián.
Confirmado, María si estuvo allí
Al parecer la última vez que vieron a María Gracia fue en la casa que habitaba Metid con su hijo Hachem en el barrio San Sebastián. Ese día 1 de marzo, María habría salido desde LUZ hacia el centro. Rastreos hechos a su dispositivo móvil lo confirman, Por la tarde de ese día, María estuvo en el centro de la ciudad, su celular aportó señal desde el Centro Comercial Ciudad Chinita y desde el malecón. Todo parece concordar con que Salim y Reyes se vieron en el centro y luego se habrían dirigido a la referida barriada.
A esta casa rosada llevó Metid Salim a la joven María Gracia, de acuerdo con versiones aportadas por los vecinos quienes describieron haber visto al árabe con una muchacha de las mismas características de la joven desaparecida.
Fuentes policiales revelaron que la casa del sector San Sebastián la conoció María Reyes. Los investigadores ratificaron, después de un allanamiento practicado en el inmueble y entrevistas a los vecinos que, “en efecto, María estuvo el 1 de marzo en el barrio San Sebastián”.
En esa barriada lo llamaban ‘El Turco’. “Pasaba como inofensivo. Varias muchachas de la zona hicieron amistad con su hijo. Los vecinos agregaron que “así como llegó, se fue, justo después de la desaparición de la estudiante de LUZ”.
Éste es Hachem Salim, hijo de Metid, quien habría colaborado en la desaparición de María Gracia.
Una hermana de la joven secuestrada reveló que el día domingo 4 de marzo, en horas de la madrugada, Metid Salim abandonó la casa de San Sebastián en compañía de su hijo Hachem y presuntamente de María Gracia, información que habría obtenido tras indagar con vecinos del referido sector.
La policía sigue indagando en las profundidades de este misterioso sujeto sobre quien recae una orden de captura por la desaparición de la jovencita de 18 años. Lo que más preocupa a la policía es el silencio y los señalamientos de abuso sexual cometidos por Salim, el repudio de su propia familia y las deudas que contrajo con varias personas y que nunca honró.
La familia de María Gracia no pierde la esperanza de que ésta siga viva, pero Salim no ha ofrecido pista alguna, nada se sabe ni de él ni de María y conforme pasa el tiempo, más cerca podría estarse de un fatal desenlace. Nadie lo quiere, sus compañeros de clase claman por ella, están pendientes, piden a los investigadores que no desmayen, que no dejen morir el caso, que hagan todo su esfuerzo en encontrarla y en encarcelar al responsable de esta monstruosa acción. Por María Gracia, por su vida y por su pronta aparición sana y salva, familiares y amigos han celebrado eucaristías, plegarias que elevan con fe al creador para que interceda en este caso y el final sea el que todos desean.
NOTIZULIA / Con información de NAD y Panorama