Mónica Abreu: “Yo solo agarré el cuchillo para asustarlo”

El pasado domingo en la madrugada, en la invasión Agua de Dios, entre Cañada Honda y la Pastora, una docente apuñaló a su pareja Luis González, presuntamente por celos, pero la mujer asegura que fue en defensa propia. El 16 de febrero de 2010 formalizaron la relación, luego de salir por dos meses.

A mediados del 2016 Mónica Abreu puso a su pareja en la Fiscalía y lo denunció en ante el CuerpoBolivariano de Policía del Estado Zulia. En aquel momento, Luis le propinó una golpiza porque ella lo encontró engañándola con otra mujer y le armó una escena de celos. Con lo que surge la interrogante: Mónica ¿víctima o victimaria?

La docente lleva poco más de 96 horas recluida en los calabozos del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Dos días después de asesinar a su marido, Luis González, de una puñalada en el corazón, fue presentada ante la Fiscalía novena. Su culpabilidad o inocencia es un enigma. La maestra, entre lágrimas, recuerda para Versión Final la sangrienta madrugada del domingo 26 de junio. Según su versión de los hechos, todo fue en defensa propia y no por un ataque de celos.

“El sábado, desde las 3:00 de la tarde, estábamos tomando cerveza en casa de una prima. Si estás en una reunión, lo más lógico es que todos aporten. Luis se molestó porque le pedimos colaboración para comprar más bebidas. ‘Vos siempre de chupa medias de tu familia. Ya nos vamos’, me dijo. Cuando llegamos a la casa pretendía salir nuevamente. ‘Para qué vas a salir, si ya bebimos bastante, quédate aquí’, le exigí. Me miró con odio, no dijo nada. Solo me jaló por el pelo, me lanzó al piso y me dio varios coñazos en la cabeza. Hasta me estaba asfixiando. Yo me paré como pude y me fui al cuarto a arreglarme el cabello. Salí y ya no estaba. Se fue y me dejó encerrada”.

La mujer hizo una pausa para calmarse. Sus ojos se inundaban con el simple hecho del recuerdo. Apuntó su mirada en dirección al techo y continuó: “Yo me puse a escuchar música. Cuando me aburrí me recosté a ver el televisor. Él llegó a eso de la 1:00 de la madrugada. Se cambió de ropa y se acostó a mi lado. Yo le dije, calmada, sin ánimos de pelear, ‘Ay chico vos siempre ignorándome. Soy un cero a la izquierda pa´vos’. Su respuesta fue: ‘Cállate la jeta mard… perra’, y se volteó para pegarme. Se me puso encima y me estaba intentando ahorcar. Yo no podía con él, me movía para todos lados. Cuando logré pararme corrí a la sala. Allí, sobre la mesa, vi mi oportunidad. Estaba el cuchillo. Yo solo lo agarré para asustarlo, para poder volver al cuarto sin que me pegara”.

“Ay sí, vos creéis que con eso me vais a asustar, mard…, dame acá esa verga”, exclamó Luis, según la docente, cuando la vio entrar al cuarto. “Enseguida se volvió a abalanzar sobre mí. Yo estaba de espalda, pero vi su reflejo en el espejo de la peinadora. Me voltee de prisa, casi por inercia, y me puse así Mónica permanece sentada, arruga el rostro, empuña ambas manos y la pone a la altura de su corazón, simulando que tiene el objeto punzo penetrante en su poder, y aprieta los ojos. Él venía en viaje. Todo fue muy rápido. Abrí los ojos nuevamente y lo vi ahí en agonía. Le saqué el cuchillo y le puse las manos sobre el pecho, haciendo presión para evitar que perdiera mucha sangre”.

Mónica entró en crisis. “Yo intenté buscar la llave, pero no la encontré. Empecé a llamar gente y nada. Llegaron dos muchachos y no me ayudaron, empezaron a registrar las gavetas. Yo estaba en shock, luego de aquello le pedí ayuda a una vecina, le di mi teléfono y el de Luis para que llamara a alguien y ella solo nos robó. Ya estaba harta, así que me senté sobre la cama a llorar”.

 

NOTIZULIA / VF

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