Es alarmante: “En 2 años aumentó 300% el número de casos de víctimas de esclavitud moderna, específicamente, la trata de personas. Hasta 2018 tenemos un registro de 198.800 víctimas; si se revisa el comparativo del período anterior, 2014-2016, se proyecta que en los próximos 2 años podrían contarse 600.000 venezolanas víctimas de esclavitud moderna, si este ritmo no se detiene”, advirtió alarmada Beatriz Borges, directora del Centro de Justicia y Paz.
Al alarmante dato, la analista psicosocial Celia María Brugal advierte: “Si la trata de personas sigue siendo una actividad descontrolada, con la indiferente mirada de los estados donde mayormente se desarrolla y a sabiendas que en su mayoría latinas y más en específico venezolanas son las víctimas, el número de crímenes hacia mujeres de ese país caribeño será pronto un número trágico”.
Cifra en aumento
Los femicidios de 20 mujeres se produjeron desde febrero de 2017 hasta la fecha en ocho países del continente: EE.UU, México, Panamá, Curazao, Colombia, Perú, Ecuador y Chile
Los crímenes de género también se registran con frecuencia en Venezuela, según el sociólogo Luis Cedeño.
“Cuando ese asesinato se da por su condición de ser mujer estamos hablando de un feminicidio, si se da por otras razones es un femicidio. En el caso del asesinato que se da por su pareja, se trata de un feminicidio debido a que el hombre la mató por su condición de ser mujer”, dijo el especialista.
A continuación, los nombre de 13 de las venezolanas que han sido asesinadas de manera violenta este último año:
Wendy Bandera (25) fue acuchillada más de 14 veces (EEUU)
Andreína Escalona asesinada de dos impactos de bala (México)
Kenni Finol fue violada y torturada (México)
Verónica Raga falleció tras recibir varios impactos de bala (Colombia)
Keyra López tiroteada (Colombia)
Génesis Jaimes maniatada y amordazada (México)
Romina Peraza asesiada a puñaladas (Panamá)
Lorena Cardozo (Ecuador)
Susjes Mejías apuñalada (Chile)
Dionny Lozada (Curazao)
Nacielyz Hernández, tiroteada en Antioquia (Colombia)
Graciela Cifuentes, violada, apuñalada y quemada (México)
Sol Cifuentes, violada, apuñalada y quemada (México)
La profesora Celia María Brugal detalla algunos elementos coincidentes en estas muertes que pueden arrojar algún patrón, parámetro y condición para que se produzcan estas tragedias.
“Nótese que todas o casi todas las mujeres venezolanas asesinadas son voluptuosas, sensuales, despampanantes. Nótese además que en su mayoría las mujeres asesinadas de algún modo se han vinculado con la llamada ‘vida alegre’ son damas de compañía o modelos que se van engañadas y luego afrontan una realidad de la cual no pueden salir, caen en redes de narcotraficantes y asesinos y una vez que entran no salen vivas”.
Análisis profundo
Para la especialista en Derechos Humanos, Hanays Montaner, esta situación debe analizarse desde varias perspectivas, para lo cual es necesario tener en cuenta que la ola migratoria actual está provocando que muchas personas se vayan del país prácticamente con una mano adelante y otra atrás. En la gran mayoría de los casos de manera ilegal o contando con que alguien los va a recibir, en cuyas situaciones la vulnerabilidad de la mujer es más latente.
En los casos en que las mujeres han sido asesinadas por su pareja, explica Montaner, pudo darse la situación de que “en Venezuela eran celadas, perseguidas, maltratadas por esta pareja, se fueron con la promesa de cambio y pasó todo lo contrario. Allá eso se exacerbó, además, no tenía ningún familiar que la amparara o desconocía las leyes para denunciar. Su situación de vulnerabilidad fue mayor en el extranjero”, acota la especialista.
También está el tema de dominación económica, por el cual pasan muchas chicas que se van en condición de modelos o trabajadoras sexuales a quienes sus “jefes” le retienen su documentación para mantener el control.
Otro aspecto que pone en riesgo a las mujeres es cuando se van a vivir al extranjero con una persona que solo conocen vía Internet, aunque no en todos los casos, aclara la especialista, pero sí existe un patrón de dominio en muchas de estas vivencias.
“En cada caso reportado se debe analizar el hecho que motivó al agresor, si fue el machismo, misoginia, celos, etc. Además de en qué condición se fue esa mujer con su víctima”, afirma Montaner.
Lo cierto es que sea por necesidad, desesperación, ignorancia o moda, los asesinatos a mujeres venezolanas en el exterior parece ser una modalidad en aumento, sin que el mundo pueda hacer mucho por evitarlo: “Desafortunadamente, las únicas que pueden evitar que esas cifras nefastas aumenten son las mismas venezolanas, si no se aprende mirando esos espejos, será difícil detener las cifras”, acentuó Brugal.
NOTIZULIA / Agencias