Remarcaje de billetes puede aliviar la presión inflacionaria

“El remarcaje de billetes es una propuesta”. Suena como alternativa a la escasez y evitar más importación de papel moneda procedente de Estocolmo, desde donde Venezuela recibe facturaciones millones en divisas por la emisión del nuevo cono monetario, que suma piezas dinerarias de 500, mil, dos mil, cinco mil, 10 mil y 20 mil bolívares a la familia del bolívar nacida en 2008.

Orlando Cuicar, economista y profesor universitario de la catedra de economía productiva y capitalista, propone “una salida” contra la falta de efectivo, uso de billetes como mercancía y el “corralito” que aplica el sistema financiero al imponer topes de retiros por cajeros, taquillas y cobros de cheques.

Es una política monetaria conocida, ejecutada en el siglo XX en Alemania, Francia y Nicaragua, para dar respiro a sus finanzas ante la hiperinflación que azotó esas economías. “Se usó el remarcaje de billetes de baja denominación. Se marcó con tinta especial”, precisa.

Venezuela puntea con la inflación “más alta del mundo”. Sobre 800 por ciento al cierre de 2016 y con tendencia a finalizar 2017 por encima de mil por ciento. En ese contexto, tiene fuera de circulación billetes de dos, cinco y 10 bolívares. Y está la prórroga de vigencia, hasta el 20 de septiembre, del billete de 100 bolívares, valor que ni un pasaje de transporte público cubre por la variación de precios. 

Cuicar recomienda darle utilidad y más valor. “Suplir” con marcas de dos mil, cinco mil y 10 mil bolívares para asegurar dinero en efectivo. La medida evitará gastos de importación del papel moneda y se “alivia la presión, para después poder canjearlo a futuro cuando se estabilice” el mercado.  

El mecanismo de control y garantía de validez estarán sujetos a las competencias de las “autoridades financieras y el Banco Central de Venezuela. Tienen que hacer acuerdo (decretos, normativas) y hacer registro de los billetes”.

Explica que a diferencia del papel de 100 bolívares, en el que “es probable que el número único (serial) se repitió varias veces” -por la emisión autorizada por el BCV-, las bajas denominaciones tienen números y valores marcados únicos. Cuentan con emisiones limitadas que facilitarán el control y recogerlas a futuro.

BCV publicó a junio la relación de monedas y billetes al cierre de mes. Detalla que en billetes de dos bolívares hay 941,2 millones de piezas; de cinco suma 891 millones de unidades, y de 10 totaliza 997,30 millones. Lo que significan dos millardos de piezas sin utilidad en el sistema económico. 

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