Superada la eliminación tempranera de Águilas del Zulia, campeón destronado por sus rivales finalistas de la campaña pasada en la primera etapa de la semifinal, toca el turno a dos clubes que en el papel pintaban finalistas. Para Magallanes la historia terminó anoche dramáticamente, el barco naufragó en medio del jolgorio y la inspiración cardenalicia y del otro lado, el Caracas está a ley de uno para despedirse y dar paso a unos Caribes que vienen más que inspirados y muy enfocados en su objetivo.
Entonces, ¿qué sucedió con los eternos rivales?
Magallanes inconsistente y con sensibles bajas
El equipo de Omar Malavé transitó sobre aguas muy turbias durante la primera etapa de la semifinal. Incluso en la última fase de la temporada regular, el Magallanes que estuvo un ratico en la cima de la clasificación se vino a menos cuando su pitcher salvador, hombre récord en la Liga, Hassan Pena, comenzó a dar pena en su rol. Pena fue descifrado, su recta no tuvo el otrora exitoso movimiento que la hacía indescifrable y los bateadores hacen ajustes, más si se trata de un carro de leña como el de Cardenales o Caribes, equipos a los que enfrentó el conjunto valenciano y con quienes perdió sus respectivas series.
Magallanes entró a la segunda fase de la semifinal gracias a unos cansados Tigres que al final sucumbieron en el criticado juego de los mejores perdedores. Magallanes logra disputar el juego extra que lo metió en la segunda semifinal porque llegó segundo en la tabla de posición de la eliminatoria, pero de allí en adelante el hundimiento era inevitable.
El manejador Omar Malavé ahondó en los detalles que al final se combinaron para que la temporada de la celebración centenaria de los Navegantes se acabara sin al menos ir a la final.
enumeró las razones que, a su juicio, tienen a la carabela al borde del hundimiento definitivo. Inconsistencia permanente del cuerpo de lanzadores abridores a lo largo de la campaña, el adiós de Adonis García, luego de firmar contrato en Corea del Sur, y las molestias físicas de piezas imprescindibles en el último tramo de la campaña.
“No es fácil cuando pierdes a figuras como García, Andrés Eloy Blanco y José Tábata. Este grupo está guapeando e intentando salir adelante por ese título. Tengo gente que no puede ni correr, dando todo el corazón por este equipo y los fanáticos”, prosiguió el estratega, que está en su segunda campaña al mando del conjunto eléctrico, la primera desde el Día Inaugugral.
En los últimos 16 encuentros, entre ronda regular y playoffs, hasta antes del cuarto choque contra los crepusculares, el equipo náutico acumula récord de 3-13, muestra de un declive inequívoco desde que comenzaron los inconvenientes para la confección del roster.
En el compromiso por el comodín, contra Tigres de Aragua, Malavé contó con solo dos peloteros dispuestos en la banca a totalidad de condiciones: el receptor Juan Apocada y el infielder novato Yolberth Gideón. Con Tábata fuera de acción por un cuadro de deshidratación y Blanco aún en proceso de recuperación por una fractura en una costilla del costado izquierdo.
La rotación de iniciadores ha sido la principal piedra en el zapato del alto mando naviero. Durante la ronda regular dejaron el tercer promedio de carreras limpias más elevado de la liga con 4.89, solo por detrás de Tiburones y Caribes. Mientras que en las etapas de enero acumulan ocho salidas, en igual número de juegos disputados, sin alcanzar al menos un quinto inning, con 31 carreras limpias permitidas en 27 entradas de labor (10.33).
Magallanes padeció lo que un enfermo antes de exhalar su último aliento, una leve mejoría y un ímpetu que presagiaba que la serie se mudaría a Barquisimeto y al menos despedirse de la ronda semifinal con una victoria, pero la alegría no duró. De nuevo un Pena que no pudo ante unos cañoneros demasiado poderosos capaces de remontar un juego que ganaban 5-1, les remontaron y les voltearon, al punto de estar abajo 8-5 para luego no poder mantener la ventaja y al final terminar perdiendo en innings extras 11-9. Se acabó el béisbol en Valencia por esta zafra.
Caracas con bajas dolorosas y el número tomado
En el béisbol hay axiomas y códigos no escritos en ningún libro de reglas o en ninguna condición específica, pero que se dan. Es, como cuando un jugador termina haciendo un jugadón a la defensiva y luego como por cosas del propio deporte, le toca ejercer el derecho al bate. Así mismo ocurre cuando en una campaña, por ejemplo, un equipo encuentra la manera de ganarle al otro sin que este otro pueda contrarrestar eso. Parecieran cosas que están escritas en el destino y eso es lo que le ocurrió al Caracas con los Caribes.
A principios de temporada, cuando Caribes era el último lugar con un pésimo registro, Leones barrió a la Tribu en Caracas y en Puerto La Cruz. Vaya cosa difícil barrer a la Tribu en casa, pero aquel Caribes quedó en el olvido, cuando en diciembre y y a con Omar López al mando, la Tribu se transformó en un equipo hiperganador, embalado, enfocado, amalgamado y principalmente estructurado para no ser tocado, esto es, no sufrieron las bajas que sí padecieron clubes como Caracas y Magallanes y parte del éxito en este béisbol tan corto y complicado como el venezolano está en armar el team work y no tocarlo, porque cuando un team work se altera pasa lo que al Caracas y al Magallanes.
Anzoátegui ha ganado 16 de sus más recientes 19 encuentros, incluidos los 10 últimos de la ronda regular.
Caribes suma 9 victorias consecutivas en el Alfonso “Chico” Carrasquel desde el pasado 16 de diciembre, incluidos los 5 partidos de la postemporada.
La serie particular entre Caracas y Caribes, terminó 6-3 en favor de los orientales, tomando en cuenta que las tres victorias del Caracas fueron entre octubre y noviembre y las seis de Anzoátegui todas en diciembre, a eso sumemos las tres ganancias en la seimifinal 9-4, eh allí el dominio de Caribes ante Leones en esta campaña.
Eso explica por qué el Caracas le ha sido cuesta arriba sacar la serie ante Caribes, porque los orientales le tomaron el número a los capitalinos y hallaron la fórmula de poder ganarles los encuentros. En esta postemporada, el único juego que ha ganado el Caracas a Caribes lo ganó con sufrimiento y asediado por un equipo que estuvo a nada de voltearles el marcador, pero salieron airosos los felinos, de allí en adelante el yugo caribero se impuso principalmente amparados en un pitcheo que logró contener la demoledora ofensiva caraquista que quedó coja con la baja de la principal bujía del club, el Adonis García del Caracas, Jesús Aguilar, el hombre que prendió a los avileños y que fue solvente en la semifinal ante Aragua y que se marchó dejando un hueco insustituible en la manada para enfrentar a Caribes. Al Caracas se le fueron Yandi Díaz, Carlos Pérez, Javier Betancourt y Harold Castros, todos grandes bateadores, que de estar en el line up, la historia sería distinta.
Y no es que Caracas le haya jugado mal a Caribes, todos los juegos han sido cerrados y buenos, es más, para lo que se esperaba en ofensiva, el pitcheo del Caracas no ha estado nada mal, Caribes no ha bateado lo que de costumbre, pero sus batazos han sido más que oportunos, contundentes, poderosos y su pitcheo sí logró silenciar los bates caraquistas.
Y cuando a un equipo le invade el nerviosismo y la impotencia de ver que no puedes ganarle al rival -cosa que le pasó al Caracas con Anzoátegui- es una quimera, es harto difícil que salgas airoso. Quizá hoy, en el último enfrentamiento de la serie Caracas-Caribes en Puerto La Cruz, los Leones salgan victoriosos -pero es lo menos probable- sin embargo, llegar al Universitario, con todo y que es el Universitario a ganarle dos más a Caribes parece una misión imposible, pero el béisbol se juega con pelota redonda que viene en caja cuadrada.
Ernesto Ríos Blanco