José Esteban Báez (38) comenzó la cacería de su vecino, Keiber Michael Fonseca Montes (23), cuando su hija, de cinco años, le comentó que este la había manoseado. La familia no denunció la agresión sexual a la Policía y a ningún organismo competente, simplemente, el progenitor juró vengar la honra de su niña.
Báez desde lejos seguía los pasos Fonseca por El Trompillo, municipio Iribarren del estado Lara. Reunió dinero, compró un arma de fuego y espero el momento preciso para actuar. El 16 de junio de 2016 lo encontró solo frente a su casa y le disparó dos veces en la cabeza al muchacho, reseñó El Impulso.
El homicida huyó, aunque muchos de sus vecinos lo identificaron cuando huía y lo denunciaron. La Policía científica lo buscó por ocho meses y medio por la localidad sin éxito. Desde el mismo día del asesinato de Fonseca se escondió en el sector Joel Sequera. Allí lo capturaron los detectives.
En sus declaraciones, Báez comentó que no creía en la justicia y por eso decidió tomar justicia con su mano.
NOTIZULIA / La Verdad
