Transportistas hacen de las suyas ante la falta de gasolina

Lisbeth Prada, es un ama de casa que reside en la Limpia y lleva consigo el «peso» de «bajarse de la mula» cada vez que decide salir. Ella no solo va con el dinero de los pasajes en su cartera, sino que uno de sus bolsillos, tiene una «caleta» para pagar el aumento de pasaje impuesto por algunos los transportistas, quienes alegan que pasan más de tres horas en una cola para comprar gasolina o adquirirla a precios «exorbitantes» con los bachaqueros. 

Como ella, muchos marabinos guardan un excedente de al menos mil bolívares para «sobrellevar la contingencia» que inició a mediados de la semana pasada, cuando se hicieron evidentes la colas de vehículos en las estaciones de servicio de la capital zuliana y por la que la situación del transporte público «se agravó aún más». Y es que las paradas se «abarrotan» de usuarios, quienes no abordan las unidades al estar ausentes y las «pocas» que arriban «hacen lo que les da la gana».

Ustorio Montalbán, de 60 años, viene desde San Francisco. Una buseta de la Polar lo trasladó hasta el centro de Maracaibo por 500 bolívares, cuando lo normal son 350 bolívares los fines de semana. «Me dijeron que era por el problema que tienen para echar gasolina. No tenemos a quien reclamarle y ahora alegan esto».

Sin consenso 

Daniel Rodríguez, es chofer de un por puesto de Bella Vista, y aunque él, dice no cobrar por encima de la tarifa, comenta que muchos de los compañeros de otras rutas se «obligan» a hacerlo para comer. «Muchos lo hacen y cómo no, si se nos va el día en las colas o tenemos que comprar una pimpina de gasolina en tres mil bolívares». 

Erasmo Alían, presidente de la Central Única de transporte del Zulia, señaló que el sábado notó que más de un 70 por ciento de las estaciones estaban cerradas y las que prestaban el servicio permanecían abarrotadas. «Los transportistas sufren y las autoridades deben tomar medidas para garantizarnos el combustible. Necesitamos que nos llamen para la elaboración de un plan de contingencia».

El gremialista confirmo la teoría de los usuarios de que algunos de sus compañeros cobran por encima de la tarifa y «se valen de la situación» puesto que es ilegal. «Tenemos que prestar el servicio y si en condiciones normales el pasaje no nos alcanza para nada, en esta mucho menos. Es cierto que se da de una manera arbitraria, pero es la única forma en la que podemos medio subsistir ante esta situación. Necesitamos estaciones exclusivas para que atiendan a los profesionales del volante». 

Entre las rutas que más denuncian los usuarios se encuentran la Limpia, Socorro, Los Robles, Circunvalación 2, Bella Vista, 18 de Octubre, 5 de Julio, Kilómetro 4 y San Francisco. Lisbeth reiteró con enfado, que no pudo salir más acompañada porque el costo de las «tarifas» se hace insoportable y a dónde quiera que vaya su «caletica» la debe acompañar.

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