Una pequeña maravilla: biólogos texanos descubren nueva especie de lagartija en Venezuela

Una pequeña maravilla: biólogos texanos descubren nueva especie de lagartija en Venezuela

En una misión que combina ciencia, tecnología y un poco de suerte, un equipo de biólogos liderado por la Universidad de Texas en Arlington ha descubierto una nueva especie de lagartija (gecko) en la Península de Paria, al noreste de Venezuela.

Este hallazgo, publicado en el prestigioso Zoological Journal of the Linnean Society, no solo aporta una joya más al mosaico de biodiversidad de la región, sino que destaca la importancia de proteger los ecosistemas más vulnerables del planeta.

La protagonista de esta historia es Pseudogonatodes fuscofortunatus, una diminuta lagartija de apenas 6.5 centímetros de largo, con un cuerpo marrón, cabeza en forma de cono y un hocico alargado.

Sin embargo, lo que realmente la hace especial no se aprecia a simple vista: su anatomía ósea es única entre los geckos. Gracias a avanzadas tomografías computarizadas, los científicos descubrieron detalles fascinantes.

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El descubrimiento de este pequeño reptil no ocurrió de la noche a la mañana. Todo comenzó en 2002, durante una expedición en los frondosos bosques siempre verdes de las montañas de la Península de Paria.

Diez años después, en 2014, nuevos especímenes llevaron a los biólogos a investigar más a fondo. Lo que encontraron fue suficiente para confirmar que estaban frente a una especie nunca antes documentada.

¿Y el nombre? Fuscofortunatus combina el término latino para “marrón” (fuscus) con “afortunado” (fortunatus), una forma de celebrar las circunstancias que hicieron posible su descubrimiento.

El trabajo fue liderado por Walter E. Schargel, profesor de biología y ciencias ambientales en UT Arlington, en colaboración con expertos de Portugal, España, Brasil, Colombia y Venezuela. Juntos emplearon técnicas de última generación, como análisis genéticos y comparación de especímenes de museo, para confirmar que esta lagartija era una adición única al género Pseudogonatodes.

“ La Península de Paria es un tesoro de biodiversidad. Su geografía y tiempo han creado hábitats únicos que albergan una gran variedad de especies, muchas de ellas exclusivas de esta región”, señaló Schargel. Este hallazgo, además de enriquecer el conocimiento sobre la vida silvestre de Venezuela, subraya la urgencia de proteger estos frágiles ecosistemas.

“Espero que este descubrimiento inspire más medidas de conservación para preservar los hábitats de especies tan raras como esta lagartija, junto con otras que aún esperan ser encontradas”, agregó Schargel.

El mundo aún tiene secretos por descubrir: La Península de Paria, con su rica vegetación, temperaturas moderadas y paisajes deslumbrantes, sigue siendo un escenario prometedor para nuevas exploraciones. Este gecko es solo un recordatorio de cuánto queda por descubrir en el mundo natural y de cómo tecnologías modernas, como los escaneos en 3D y los análisis moleculares, están revolucionando nuestra comprensión de la biodiversidad.

Agencias