Aunque todo luce en paz, la tranquilidad de los habitantes de Santa Lucía —zona emblemática de Maracaibo por ser cuna de grandes deportistas, gaiteros, artistas y poetas—parece una utopía. El color de las fachadas de las casas se ve opacado por una lista de problemas que cada vez se torna más sombría: botes de aguas negras, huecos en sus calles y la inseguridad.
El mal estado de la vialidad se roba la belleza del lugar que fue declarado patrimonio cultural. Poco a poco, las enormes grietas en el pavimento deterioran los vehículos que por allí transitan frecuentemente. “Todo el tiempo tengo mi carro metido en el taller. A estas calles les hace falta una buena asfaltada”, instó Gustavo Ozuna, habitante de Santa Lucía.
A la lista de carencias se suma un bote de aguas servidas y blancas que está en la avenida 2 desde hace más de cinco meses. Nubia Rivera, ya desesperada, reclamó que en varias oportunidades su vivienda se inunda: “El agua nos ha llegado hasta las rodillas por varios días. Esto no se aguanta. Tengo un hijo autista y asmático; con estos olores se enferma más”.
Asimismo, señaló que algunas personas han sufrido dengue por la proliferación de zancudos, que genera la acumulación de aguas.Aseguró que han llamado a Hidrolago, pero no obtienen respuesta.
La inseguridad es otro problema que denuncian los luciteños. “Los arrebatones son el pan de cada día. Desde hace tiempo, no nos sentimos seguros, ni siquiera dentro de la casa, y los fines de semana esto se pone peor”, expresó Guillermo Luengo, habitante. Además, refirió que carecen de vigilancia policial desde hace tres meses. “Teníamos un módulo de policías y lo quitaron”.
Incluso, la iglesia de la parroquia no se ha salvado de la delincuencia. El pasado 4 de noviembre, hurtaron tres coronas de la imagen de Santa Lucía; además, una palma dorada, la colecta de las ofrendas, celulares y otros valores del sacerdote. Dos semanas después, detuvieron a cuatro personas que presuntamente estaban implicadas.
Otro de los problemas que los aqueja es la falta de alumbrado público. Pese a que en la plaza central todas las luminarias fueron repuestas recientemente, en el resto de las calles prevalece la oscuridad; esto da “luz verde” a los delincuentes para cometer sus fechorías.
Haydée Montiel, quien reside en el popular sector desde hace más de 60 años, refirió que “los pleitos en el bulevar cada vez son más seguidos y se desatan por el consumo de alcohol en los depósitos de licores”.
Contó que los fines de semana las parrandas son hasta el amanecer. “La música no nos deja dormir y nadie nos soluciona el problema. También hacen tiros y eso nos aterra”, reclamó Montiel.
En enero, de este año, el secretario de Gobierno del Zulia, Giovanny Villalobos, anunció el Plan Rector de Desarrollo de la Parroquia Santa Lucía. Seguridad, difusión de la cultura, orden público y remodelación de la infraestructura son parte de los trabajos a desarrollar.
Igualmente, informó que todas las normas se podrían apreciar en avisos ubicados en lugares estratégicos. Notificó que la estadía de los invitados sería hasta la 1:00 de la mañana y que los funcionarios de los cuerpos de seguridad municipal, regional y nacional resguardarían el espacio.
Los habitantes de la barriada luciteña manifestaron la urgente “necesidad” de colocar contenedores de basura, porque los visitantes dejan tirada una gran cantidad de desechos que, en muchos casos, no es recogida en su totalidad. Luisa Valbuena comentó que la contaminación empeora porque los camiones no se llevan todos los desperdicios. Mientras que María Rodríguez considera que la inconsciencia de los pobladores tiene una mayor cuota de responsabilidad.
Un problema que también preocupa a los luciteños es el aumento del consumo de droga en los espacios públicos, sobre todo en horas nocturnas.
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