Acribillan a un chofer hasta matarlo

Mientras Jenerson David Fernández Mejía, de 24 años, se encontraba el pasado martes a las 4.00 de la tarde, en la calle 95F del barrio Felipe Pírela, parroquia Francisco Eugenio Bustamante del municipio Maracaibo, unos presuntos delincuentes le dispararon en reiteradas oportunidades para dejarlo muerto en el sitio, así lo detalló Jeferson Fernández, su hermano, a las afueras de la morgue.

El día del asesinato, la víctima conversaba con su novia en la esquina de una casa ubicada a una cuadra de la suya, cuando de pronto dos jóvenes en actitud sospechosa descendieron de una moto. Uno de ellos lo apuntó con un arma de fuego y lo llamó por su nombre.

Los nervios lo invadieron, dejó a la muchacha parada en la acera y corrió hasta llegar a su vivienda, cerró la puerta de madera detrás de sí y se refugió en su habitación con la esperanza de que los antisociales se marcharan, relató un allegado a la familia, cuyo nombre no mencionó. 

Al ver como escapaba, los gatilleros lo siguieron, saltaron la cerca de ciclón, tumbaron la puerta principal de la residencia y accedieron. En una esquina del cuarto hallaron al infortunado, “temblaba de pies a cabeza, no quería que lo mataran”. 

Veinticuatro detonaciones retumbaron en la barriada. Mujeres hombres y niños se acercaron al lugar para saber qué había sucedido, su sorpresa no pudo ser mayor, en el piso de granito permanecía el cadáver de Jenersón cubierto de sangre.

Los testigos aseguran que los sicarios huyeron en un vehículo Aveo Negro después de perpetrar el crimen. En la emergencia del Hospital Cuatricentenario los médicos de guardia certificaron el deceso del joven.

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