Rafael E. Fernández
Cuando una adolescente queda embarazada o tiene un hijo, su salud, educación, potencial de obtener ingresos y todo su futuro pueden estar en peligro, y puede quedar atrapada en una vida sumida en la pobreza y la exclusión.
Es por eso, que el 26 de septiembre se designa como Día Mundial de Prevención del Embarazo en Adolescentes, como un llamado a que adolescentes y jóvenes tengan acceso a la información y orientación para construir proyectos de vida saludables y productivos, para que puedan desarrollar su máximo potencial.
Muchos de estos embarazos son consecuencia de la falta de información, el limitado acceso a métodos de protección y la violencia basada en género, incluyendo la violencia sexual.
Las medidas e intervenciones eficaces para la prevención del embarazo deben estar disponibles para las y los adolescentes. Esto incluye acceso a educación integral de la sexualidad, información veraz y de calidad, acceso a métodos de protección modernos y de larga duración, apoyo social y comunitario, mecanismos de protección social que contribuyan a evitar el abandono escolar.
Cuando una adolescente se convierte en madre, sus derechos sexuales y derechos reproductivos, y sus derechos a la salud, educación, entre otros, se ven vulnerados a corto plazo, con consecuencias a mediano y largo plazo.
Su potencial de desarrollo, su posibilidad de obtener ingresos dignos y su futuro pueden estar en peligro. Es probable que queden atrapadas en una situación de vulnerabilidad, pobreza y exclusión, que las afectará principalmente a ellas, pero que también limitará las oportunidades de sus hijos(as) y, de forma agregada, dada la magnitud del embarazo adolescente en la región, afectará la realidad de sus comunidades y países.
Prensa UNFPA