El cepillao, la horchata y las empanadas de Maracaibo

El cepillao, la horchata y las empanadas de Maracaibo

Notizulia / Brújula Zuliana

El «cepillao” una atracción muy particular de Maracaibo ya que el calor obliga a propios y extraños a saborear a cada instante algo frío, algo que refresque un poco y haga olvidar por un momento el clima caluroso de la ciudad.
Muchos lugares se hicieron famosos por la calidad de los cepillados, empezando por los de burrito, que fueron rápidamente sustituidos a causa de la encefalitis equina.

Todavía se recuerda el burro y el carrito, lleno de botellas con miel de diversos colores y sabores, con inscripciones laterales alusivas a los amores del “cepillaero” y la clásica corneta, que les recordaba su presencia a los muchachos. A lo lejos se oía el cornetear que anunciaba la visita.

Aún quedan esas personas que vivieron esta época como el Señor Héctor Rodríguez, quien nos cuenta esta historia:

«Cuando empezaron a llegar los italianos a Venezuela, el “cepillao” fue preparado con una bien elaborada maquinita que evitaba el contacto del hielo con la piel. Entonces, el sudor dejó de ser el complemento para darle sabor al raspado; pero, a pesar de la nueva cultura, los italianos siguieron conservando el burro como medio de tracción»

Contó Rodríguez
El Cepillaero

Recuerda el Señor Héctor que:

 En la esquina de las calles Ciencias y Vargas fueron famosos los “cepillaos” de Juan y Juana quienes atraían a la clientela con la exquisita miel que ellos mismos preparaban. No menos importante fueron los de Orejita, en la Plaza de la República, y los del Mocho, frente a Los Maristas. La competencia más fuerte; en el ramo, la implantaron los “cepillaos de San Francisco.” La gente se iba hasta allá a saborearlos; por una época fue la gran atracción de las tardes marabinas.

Dijo Rodríguez

La vitamina de horchata

Aún en la ciudad se pueden ver carritos vendiendo estas bebidas que a muchos les agrada, recordando estos tiempos el historiador Héctor Rodríguez continua contando los momentos vividos:

«La mayor competencia de esta bebida fue la chicha de Carrito. El más famoso de los chicheros de la ciudad fue el del Paraíso, quien se ubicaba en la esquina de la calle Dr. Quintero en la intersección con Delicias. Cuando uno llegaba a solicitar el producto, había que hacerlo con toda elegancia. “Señor, por favor, deme una chicha.” Con gran postín, el vendedor miraba al cliente y respondía: “Te la voy a vender porque sé que venís cansao”.

Contaba Rodríguez con alegría
Elias – El Chichero de la UNICA

 Al chichero se le conocía además, por la pulcritud del servicio. No permitía que la gente hablara cerca del pipote, porque le podía caer saliva a la chicha.

Las empanadas de Guillermina

Muchos recuerdan con agrado las tradiciones que aún, en algunos sitios se mantienen y se llevan en el paladar. Don Héctor nos cuenta

«Las empanadas de Guillermina, eran las mejores de Maracaibo, doctores y no doctores hacían colas esperando su turno para llevar a la casa unas cuantas empanadas. Tostaditas, con muy buen sabor, a locha cada una. En algún momento, los maracuchos de tradición le rendirán un homenaje a Guillermina, porque supo dejar en la mente de nuestra gente el recuerdo más grato de productos que -como las empanadas y las mandocas – identifican plenamente a la región.

Expresó Héctor Rodríguez