Un día como hoy, en 1972, se perdió a una de las voces más emblemáticas de Venezuela: Felipe Pirela, el inolvidable Bolerista de América. Su partida en San Juan, Puerto Rico, marcó el fin de una era, pero su legado sigue vivo en cada nota de bolero que aún enamora a generaciones.
Nacido en Maracaibo, Pirela conquistó los escenarios más prestigiosos de América Latina y Estados Unidos. Su voz melódica y su interpretación apasionada lo llevaron de gira por Colombia, Santo Domingo, Puerto Rico, Ecuador, Perú y Estados Unidos, donde fue recibido con ovaciones y salas llenas. Cada presentación era un triunfo, y con cada una, Venezuela ganaba prestigio internacional, consolidando su lugar en el mapa musical del continente.
Su vida, marcada por el éxito y la tragedia, fue retratada en la película El Malquerido (2015), dirigida por Diego Rísquez y protagonizada por Jesús «Chyno» Miranda. La cinta, basada en el libro del periodista Eduardo Fernández, ofrece una mirada íntima y documentada sobre los momentos más intensos de su carrera y su vida personal.
A más de medio siglo de su partida, los temas de Felipe Pirela siguen siendo favoritos del público, y su figura continúa inspirando a músicos y melómanos por igual. Su voz, inmortalizada en clásicos como Sombras nada más y Lo que es la vida, sigue siendo un faro de romanticismo y talento venezolano.
Hoy, Venezuela y el mundo recuerdan a Felipe Pirela no solo como un cantante, sino como un símbolo de arte, pasión y orgullo nacional. Su bolero no ha muerto: simplemente cambió de paisaje.