El Papa Francisco hizo un llamado a Rusia para que retome el acuerdo de exportación de grano ucraniano por el Mar Negro, calificando como «una gran ofensa a Dios» hacer la guerra con este tipo de alimentos esencial para la humanidad.
Durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Pontífice expresó su preocupación por los millones de personas que sufren hambre y pidió a las autoridades rusas que restauren la iniciativa para que el grano pueda ser transportado de manera segura.
El pasado #17jul las autoridades rusas anunciaron la terminación del acuerdo de exportación de grano, que fue alcanzado por primera vez en julio de 2022 durante la invasión rusa de Ucrania, alegando incumplimientos por parte de Kiev.
El Papa recordó que este día también es el Día contra la Trata de Personas y bendijo a quienes luchan contra esta terrible lacra que afecta a muchas personas que viven en condiciones inhumanas y enfrentan la indiferencia y el rechazo de la sociedad.
En su mensaje, el Pontífice expresó su solidaridad con las víctimas y familiares de la explosión en el puerto de Beirut, que cumple tres años el próximo 4 de agosto, y oró por una solución digna para la compleja crisis en el Líbano.
Francisco hizo un llamado a los fieles para que lo acompañen con sus oraciones en su viaje a Portugal para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), donde muchos jóvenes de diferentes partes del mundo experimentarán la alegría del encuentro con Dios y con sus semejantes, guiados por la Virgen María.
En su reflexión sobre la parábola del comerciante de perlas finas, Francisco destacó la importancia de buscar constantemente lo que vale la pena en la vida y no quedarse en la mediocridad.
El comerciante prudente reconoce el valor de una perla de gran valía y está dispuesto a vender todo para adquirirla. De manera similar, el Papa invitó a las personas a reconocer las gemas preciosas de la vida y a no perder tiempo en trivialidades y pasatiempos vacíos.
Finalmente, el sucesor de Pedro subrayó que la perla de gran valor por la que vale la pena renunciar a todo es el propio Señor. Él es la perla preciosa.
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