El papa Francisco, aún convaleciente de su infección respiratoria, apareció en el balcón central de la basílica de San Pedro para dar la bendición Urbi et Orbi luego de la misa ✝️ del Domingo de Resurrección.
Francisco no participó en ninguno de los ritos de la Semana Santa debido a que continua su recuperación.
El pontífice permaneció sentado en la silla de ruedas, no llevaba las cánulas nasales para el oxígeno, deseó una «Buena Pascua» y pidió al maestro de ceremonias que leyese el mensaje de la Pascua ante las 35.000 personas congregadas en la plaza de San Pedro para la misa 🙏🏼 del Domingo de Resurrección, que fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri.
«La vivo como puedo», respondió el pontífice, con un hilo de voz, preguntado por los medios sobre cómo vive esta Semana Santa en estos momentos delicados de su salud.
En el mensaje se refirió a «la dramática e indigna crisis humanitaria» en Gaza y pidió un cese el fuego, y expresó su preocupación por «el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo».
Defendió, además, la libertad religiosa y la libertad de pensamiento y afirmó que sin respeto, «la paz no es posible».
Luego, recorrió por sorpresa la plaza de San Pedro en el papamóvil y bendijo a algunos bebés.