Las abejas africanas: cuál es la peligrosidad y su presencia

Las abejas africanas: cuál es la peligrosidad y su presencia

Las abejas africanizadas, conocidas por su inusual ferocidad en la defensa de sus colonias, se han convertido en un tema de preocupación debido a su tendencia a atacar con poca o ninguna provocación. Este comportamiento defensivo se manifiesta en la forma en que un número significativamente mayor de estos insectos acude en defensa de la colmena, aumentando la probabilidad de picaduras múltiples a sus víctimas, las cuales pueden llegar a ser atacadas cientos de veces, de acuerdo con la Universidad de Arizona.

A diferencia de su comportamiento cercano a las colmenas, las abejas africanizadas no son consideradas más agresivas que otras especies de abejas o avispas en un contexto diferente. No tienden a formar grandes enjambres para perseguir a sus objetivos fuera de su entorno inmediato, tampoco su veneno es más dañino. Este peculiar comportamiento contrastante es crucial para comprender la naturaleza de estos polinizadores y las medidas de precaución necesarias al interactuar cerca de sus hábitats.

El fenómeno de “africanización” describe la dominancia genética de la abeja africana (Apis mellifera scutellata) sobre las colonias de abejas de origen europeo, lo que resulta en una serie de comportamientos desafiantes. Entre estos destacan la tendencia al enjambrazón, la evasión ante el estrés, el pillaje y un aumento en la agresividad que conlleva un riesgo elevado de picaduras para personas y animales. Dicho comportamiento no solo representa un riesgo para la salud sino que también supone un problema de seguridad para los trabajadores del sector apícola y para la población en general.

¿Qué hacer en caso de picadura de abeja?

En caso de que un empleado sufra una picadura de abejaavispa o avispón, es esencial seguir una serie de pasos inmediatos para mitigar el incidente y prevenir reacciones adversas graves. Es prioritario mantener la calma y garantizar que el afectado no esté solo, en caso de que se presente una reacción alérgica inesperada tras la picadura. La higiene juega un papel crucial; es decir, el área afectada debería lavarse con agua y jabón para evitar infecciones.

Una vez asegurada la limpieza de la zona lesionada, es fundamental extraer el aguijón sin comprimirlo, evitando el uso de pinzas que podrían inyectar más veneno al cuerpo. Este procedimiento se puede realizar con suavidad, empleando una gasa o rasqueteando cuidadosamente con la uña. Posteriormente, aplicar compresas frías o hielo resulta beneficioso para disminuir la hinchazón y proporcionar alivio al trabajador afectado.

Además, se enfatiza la importancia de no rascar la picadura, ya que esta acción puede intensificar la irritación, el prurito y elevar considerablemente el riesgo de complicaciones, como infecciones. La atención pronta y correcta no solo alivia la incomodidad inmediata sino que también previene el desarrollo de problemas mayores que podrían requerir intervención médica.

Infobae