Los uniformes están impagables (PRECIOS)

Si tener un bebé es para millonarios, correr con los gastos de la manutención durante su edad escolar es para valientes. Septiembre es toda una frustración y cada año es peor, según comentan los papás, mientras miran los precios actuales. Tanto es así, que una sola «muda» para un colegial cuesta 400 mil bolívares.

Hace unos años la hora de comprar los uniformes y útiles escolares para un nuevo período en el colegio contaba prácticamente como un paseo que se disfrutaba en familia, tanto para los papás como para los niños. La ilusión de poder dar y recibir nuevos instrumentos de estudio marcaba una nueva oportunidad para empezar. 

En la actualidad, son más los papás que visitan los comercios solos a observar y a comparar precios que quienes se acercan y adquieren los productos. Falta menos de un mes para que comience el período escolar 2017-2018 y aún hay niños sin uniformes ni útiles. 

Pocas ventas

“Ya tenemos cuatro meses con la mercancía escolar afuera y no se ha vendido nada”, comentó una vendedora de ropa en el centro comercial Caribe. En años anteriores los uniformes escolares “volaban” y los clientes solían llevarse más de un una pieza por cada elemento. Hoy aseguran que los niños irán a clases con los mismos uniformes del año pasado. 

Disminuyeron al menos 60 por ciento de las ventas de uniformes y útiles con respecto al 2016, según informan, y se vuelve cada vez más común acortar la suma de los gastos de la lista escolar exigidas por las instituciones, aunque la cantidad y la obligatoriedad de los implementos varía con respecto a qué grado vaya a cursar el niño y en dónde. 

En las librerías la historia no es distinta. Son más las caras aterradas al ver los precios que las dispuestas a hacer una compra completa. Un cuaderno individual puede costar hasta 15 mil bolívares, mientras que la caja de creyones más básica unos 28 mil. 

Cada libro que necesitaría un estudiante de primaria cuesta de 25 a 30 mil bolívares y les piden cinco al menos. Una lista completa de útiles, cuadernos y libros oscila hoy entre 800 mil y un millón de bolívares o más. 

Prioridades 

Roxsmiria Ferrer comenta que hace un año, aun al recibir ayuda con los uniformes, gastó aproximadamente 100 mil bolívares entre los útiles necesarios para colegiar a sus tres hijos, quienes estudian en un colegio de la arquidiócesis. Hoy en día ese monto solo alcanza para comprar un par de zapatos escolares.

La mensualidad del preescolar privado más sencillo puede alcanzar los 60 mil bolívares, pero el monto depende de la zona en dónde esté ubicado y el nivel socioeconómico que se maneje a alrededor. Mientras aumentan los precios, aumenta la presión para los representantes. 

“Dejar de comprar ciertas cosas para darles educación de calidad”, es una afirmación común entre lo que se escucha en la calle. El proceso de compra para los papás implica tiempo y dedicación. El modus operandi para hacer una compra escolar en estos tiempos se basa en pasearse por tres, cuatro y hasta cinco sitios distintos y comparar precios de todo antes de tomar una decisión. Los precios se mantienen en un rango similar, pero pueden variar.

Esfuerzos sin resultados

Una de las consecuencias que conllevó la crisis económica actual es que los representantes evalúen si pueden correr con los gastos de manutención de un colegio privado, así que mudan a sus hijos a instituciones públicas, sobre todo si en la familia hay más de un estudiante. 

“Para septiembre necesito unos cuatro millones de bolívares para cubrir la manutención y escolarización de mis tres hijos. Es muy cuesta arriba”, comentó Berenice Cardozo. La educación de un niño siempre será lo primero para un papá, pero desde hace un par de años, incluso los sacrificios familiares y el trabajo arduo de uno o más miembros del hogar no son suficientes. Volver a clases en Venezuela significa volver a tener deudas que saldar. 

CARITAS

Fotos: María Fuenmayor 

“¿Uniformes nuevos? ¡Ahorita nadie tiene para eso! Las ventas han bajado mucho. La gente lo que hará es enviarlos al colegio con los uniformes del año pasado”.

Roxsmiria Ferrer (27)

Vendedora

“Lo que siento es frustración. Apenas estoy buscándoles las cosas a mis hijos. Uno consigue todo caro y horrible; de mala calidad”.

Wilmery Paz (31)

Cajera de un supermercado

“Todo ha subido demasiado. Antes todo era más económico y se conseguían las cosas. Ahorita mis hijas gastaron mucho con mis nietos”.

Yolanda Rolón (60)

Ama de casa

“Estoy medio comprando, porque no hay todo lo que le pidieron en la lista a mi hija. Aunque mi esposo y yo trabajamos, igual es un sacrificio».

Claudia Machado (28)

Atención al cliente

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