En las zonas populares del oeste de Caracas, las compras dejaron de ser populares hace tiempo y asimismo ocurre en los mercados populares en Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Barcelona, Puerto La Cruz, Puerto Ordaz y en todo el territorio nacional. El último día del mes de junio un kilo de pimentón costaba Bs 3 millones y el de tomates Bs 2 millones, el monto del salario mínimo integral (Bs 5.196.000), que de paso no se recibió completo porque entró en vigor durante la segunda quincena.
Con el sueldo mínimo integral vigente desde el 16 de junio, la quincena del 30 apenas podía comprar los mil gramos de cada uno de esos rubros, por cuanto el salario mínimo cobrado fue de Bs 1,5 millones y la unidad tributaria que rige de base para el cálculo del bono alimentación subió a Bs 1.200 desde el 20 de junio.
En Catia, ubicada en la populosa parroquia Sucre, hay que caminar para encontrar una diferencia de precios de Bs 200.000 en algún vegetal o verdura. En el caso del pimentón o del tomate los precios eran los mismos en varios establecimientos, pero la papa se podía conseguir en Bs 900.000 en un lugar y unos metros más adelante en Bs 1 millón.
El precio del ají dulce parece estandarizado, pues en varios locales se vendía el kilo en Bs 1,5 millones. “Es la alternativa al pimentón”, se le escuchó a un cliente.
La zanahoria se encontraba entre Bs 800.000 y Bs 1 millón y el kilo de limón entre Bs 300.000 y Bs 500.000 en cualquier local de venta de hortalizas que han proliferado este año por doquier. En una misma calle pueden encontrarse hasta tres establecimientos de la misma actividad. Pero además, se suman los camiones que se ubican en las esquinas para ofrecer sus productos. Tres kilos de yuca se podían comprar por Bs 500.000, pero sin derecho a hacer la selección.
Los cambures se vendían desde Bs 250.000 y las piñas, las más pequeñas, en Bs 350.000 la unidad. El kilo de plátanos se conseguía en Bs 600.000, pero en una cadena de supermercado del suroeste de la ciudad se vendía en Bs 1.080.000.
El medio cartón de huevos se conseguía entre Bs 1,9 millones y Bs 2,2 millones, mientras que en los supermercados la docena se comercializaba en Bs 1,8 millones.
“Ahora sí es verdad que no podemos tomar café”, comentaba una mujer a otra que la acompañaba en un automercado de Montalbán, donde los 200 gramos del aromático costaban Bs 3,4 millones. Es decir, el kilo tiene un precio de Bs 17 millones o más de tres salarios mínimos integrales.
“Hasta hace unos cuatro meses mi familia podía medio alimentarse con verduras y vegetales, pero desde marzo se ha venido haciendo cuesta arriba. Incluso el precio de las hierbas en los supermercados supera el millón de bolívares”, comentó Eunice en la cola para pagar apenas tres productos que llevaba.
En supermercados, el kilo de lechuga tiene un precio de Bs 2,5 millones, la mitad del salario mínimo con el que nadie puede vivir en Venezuela.
Mientras el gobierno de Nicolás Maduro insiste en “acordar” precios desconociendo los efectos de la hiperinflación, los venezolanos se van descapitalizando y empobreciendo. Muchos han tenido que desprenderse de algún bien de valor para poder comer, de acuerdo con algunos testimonios.
En junio, las autoridades revivieron el manido discurso de la especulación y retomaron mesas de trabajo con productores, distribuidores y comercializadores de los ítems contemplados en el denominado Plan 50.
De acuerdo con las declaraciones de este lunes del vicepresidente del Socialismo Territorial, Aristóbulo Istúriz, ya fueron acordados los precios para 15 rubros que serán anunciados en los próximos días.
NOTIZULIA / Banca y Negocios