Rafael E. Fernández
Brasil vivió este miércoles una nueva tragedia escolar, la segunda en 10 días, con el asesinato de cuatro niños a manos de un hombre de 25 años con un arma blanca en una guardería de la ciudad de Blumenau (más de nueve horas al sur de Sao Paulo), en el sur del país.
El asaltante, que se entregó a las autoridades tras el ataque, hirió además al menos a otros tres menores, según informó la Policía y el Cuerpo de Bomberos.
Las víctimas mortales son tres niños y una niña de hasta siete años de edad, según medios locales.
El suceso ocurrió sobre las 09.00 hora local (12.00 GMT) en la guardería y colegio infantil Cantinho Bom Pastor, un centro privado, en el que había 40 niños en su interior.
El agresor, del que se desconoce su identidad, saltó el muro de la escuela y comenzó a atacar a los niños de forma aleatoria con un hacha pequeña, según la versión oficial.
Al parecer cuando vio la reacción de las profesoras, huyó saltando de nuevo el muro por el que había entrado y se fue hasta un cuartel de la Policía Militar para entregarse. Desde entonces, se ha mantenido en silencio.
Simone Aparecida, una de las profesoras de la guardería, relató a una televisión local que fue alertada por una colega y que encerró a un grupo de bebés a su cargo en el baño para evitar ser vistos por el asaltante, quien, según ella, se dirigió al patio de juegos, donde unos menores realizaban una ronda de conversación.
Las autoridades brasileñas han abierto una investigación para esclarecer los motivos del ataque.
La Alcaldía de Blumenau, un tranquilo municipio de cerca de 400.000 habitantes en el estado de Santa Catarina, conocido por ser un lugar donde se asentaron los inmigrantes alemanes, suspendió las clases de la red pública durante este miércoles y jueves, y recomendó lo propio a los centros privados.
El gobernador de Santa Catarina, Jorginho Mello, decretó luto oficial de tres días en la región.
Condena unánime de autoridades y políticos
Las reacciones a este nuevo ataque contra una escuela llegaron desde todos los sectores políticos del país.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue uno de los primeros en pronunciarse sobre esta nueva tragedia que calificó de «monstruosidad».
No hay dolor mayor que el de una familia que pierde a sus hijos o nietos, aún más en un acto de violencia contra niños inocentes e indefensos», escribió el mandatario en sus redes sociales, por donde también transmitió sus «sentimientos y oraciones» a las víctimas.